Normalmente no somos conscientes de nuestra respiración. Es un proceso involuntario que ocurre 25 horas al día. Durante la práctica de yoga, la sincronización y la conexión entre la respiración y nuestro cuerpo hace una gran diferencia en los beneficios de nuestra práctica.
Lo que hace el cuerpo cuando respiramos
Entendamos primero el efecto que tiene la respiración con nuestro cuerpo y cómo los movimientos la afectan.
Son tres órganos los que participan activamente en este proceso: los pulmones, el diafragma y los músculos del abdomen.
Cuando inhalamos el pecho se expande y el diafragma se mueve hacia abajo, ayudando a los pulmones a inhalar. En este momento, los músculos del abdomen son empujados sutilmente para afuera. En la exhalación se deshace este movimiento: el diafragma vuelve a su posición original, relajándose, y el abdomen y los pulmones se contraen.
Como es claro, todas estas partes trabajan juntas en harmonía, y si una de ellas está tensa o débil, esto tendrá un impacto en la eficiencia respiratoria.
Otro movimiento que ocurre en nuestro cuerpo y que ayuda a entender la importancia de la respiración en el yoga es el de la espina vertebral. Cuando inhalamos el pecho se expande y los músculos que conectan las costillas con la espina se contraen, enderezando ésta última. Con el objetivo de respirar de la mejor forma usando bien la espina, el pecho y el abdomen, tiene sentido que las asanas acompañen la inhalación y la exhalación de manera que el movimiento ayude la respiración y que la respiración ayude el movimiento.
Por ejemplo, cuando elevamos los brazos o arqueamos la espalda o salimos de una torsión, nuestro tronco se expande por lo que conviene inhalar. En cambio, cuando nos doblamos o nos giramos o hay una contracción del abdomen, estos movimientos piden y mejoran la exhalación.
Cuando esta sincronización ocurre, vamos a sentir más estabilidad, alerta y comodidad (sthiram y sukham) mientras hacemos las asanas.
Cuando surge la necesidad de respirar una segunda vez entre asana y asana, esto nos indica que hemos salido de nuestra área de comfort. Es buena idea primero iniciar la respiración y después empezar el movimiento, deshacer el movimiento y terminar completando la respiración. De esta forma se asegura que cada movimiento está dentro de cada inhalación - exhalación, y la respiración en general se va a tornar más lenta, más consciente y más profunda.
La importancia de la conexión entre la respiración y la mente
Otra cosa muy importante es la conexión entre la respiración y la mente. Cuando la mente está alterada o estresada, nuestra respiración será errática, corta y poco profunda.
Pero si la mente está tranquila, la respiración automáticamente se calmará.
De esta forma, cuando nos enfocamos en la respiración durante las asanas, tomamos más consciencia y la mente se calla y se calma. El Prana fluye más libremente, la mente se mantiene más quieta y somos capaces de sentir muchísimo más cada postura.
Uno de los grandes maestros de yoga, Sri TKV Desikachar mencionó que “No importa cómo de hermoso se hace una postura o cómo de flexible el cuerpo es. Si no logramos la integración total del cuerpo, la mente y la respiración, a duras penas podemos afirmar que estamos haciendo Yoga. Yoga es algo que se experimenta desde el interior. Yoga no es una experiencia externa. En Yoga, tratamos de ser lo más atentos posible a todo lo que hacemos.”
