El jengibre – Zingiber officinale – es una hierba muy fácil de cultivar y lo mejor es que, para empezar, solo tienes que hacer un paseo a la frutería y comprar una raíz. Este no es el jengibre tropical que da flores llenas de color, pero con él puedes hacer infusiones, pasteles, aderezar tus ensaladas o guisos, o hacer más interesante un batido de frutas, mientras aprovechas todos sus beneficios.
Para cultivar tu propio jengibre lo ideal es comprar una raíz – o rizoma - orgánica puesto que las no-orgánicas pueden haber sido tratadas con inhibidores del crecimiento y esto haría más lento el proceso. Elige una raíz joven, las de piel más suave. Debes fijarte que tenga esos nudos típicos del jengibre lo más verdes posible puesto que de allí saldrán los brotes. Tienes que tener en cuenta que a la raíz de jengibre le gusta:
- Un ambiente cálido (es una planta tropical)
- Sombra parcial
- Tierra rica y húmeda
- Tiesto de plástico, las raíces a veces se atascan en la terra cotta