Para que todas las ideas y proyectos que habitan en tu mente se hagan realidad debe entrar en actividad el tercer chakra, también llamado Manipura, que en sánscrito significa Joya lustrosa.
Manipura es el gran motor de tu sistema energético, el que te va a proporcionar la capacidad de la voluntad y la constancia para materializar todo aquello que te propongas. Es el que te motiva a trabajar, a fijarte metas, a saber cuando debes obedecer y a saber mandar. Está asociado con el punto del ombligo, es en esa zona donde se concentra el combustible. Cuando tienes el tercer chakra en desequilibrio pueden pasar dos cosas: o que te pases o que no llegues.
Si no llegas, quiere decir que está desequilibrado por defecto, y lo que ocurrirá es que te invadirán sentimientos de inferioridad e inseguridad, así que andarás por la vida casi pidiendo disculpas por existir, y disfrazando la cobardía, la mayor parte de las veces, con educación y respeto.
Por el contrario, si te pasas, es porque el desequilibrio viene por exceso, y algunos de los comportamientos más comunes serán el egoísmo, la ira, la intransigencia o la dureza en las formas hacia los demás. Así que lo más probable es que montes en cólera, o te pongas en posturas demasiado rígidas, ante incidentes normales de la vida cotidiana.
El manejo equilibrado de la energía es el reto al que nos enfrentamos la gran mayoría, y eso consiste en actuar desde tu centro para poder proyectar actos firmes y sin agresividad. El equilibrio nace del respeto, el respeto a uno mismo y por ende hacia el otro. Sólo si yo me respeto te puedo respetar, y sólo desde el verdadero respeto hacia el otro puedo ser implacable sin ejercer violencia. Implacable porque me respeto, sin violencia porque te respeto.
"Cuando ocupamos el sitio que nos corresponde, descubrimos que somos inquebrantables." (Jack Kornfield)
Irune.