Hacer tu propia leche vegetal tiene muchos beneficios y no es en absoluto una tarea laboriosa. Es cierto que en el mercado orgánico encontrarás numerosas opciones, de buen sabor y sanas, pero elaborando tu propia leche vegetal evitas el BPA que está en los Tetra Paks, y consigues un alimento fresco y vivo, conocido como RAW (crudo) cuando utilizas la materia prima cruda. Es un sustituto perfecto de leche animal para quienes tienen intolerancia a la lactosa, para los vegetarianos, veganos o simplemente para los que agradecen digestiones ligeras.
Para hacer leches vegetales hay dos opciones, una en la que la materia prima se cocina – sobre todo avena, arroz, quinoa…- y otra en la que la materia prima se “activa” poniéndola en remojo durante 12 hs, como sucede con las semillas y frutos secos, pero también los cereales.
Hoy elegimos la receta y beneficios de la leche de avena cruda para aprovechar al máximo los nutrientes que se pierden al cocinar con calor.
Para elaborar 1 litro de leche vegetal de avena necesitarás
- 1 taza de avena cruda (no instantánea)
- 4 tazas de agua mineral, depende de lo consistente que desees que esté la leche
- Miel, estevia, ágave…o ningún endulzante.
- Una pizca de sal
- Opcional: almendras remojadas, un poco de canela, o un plátano para agregar sabor
- La noche anterior dejaremos la avena en remojo, cubierta de agua.
- Al día siguiente escurrimos bien y llevamos a la batidora.
- Añade el agua que tu quieras. Con 4 tazas consigues una consistencia media.
- Añade el endulzante que desees y la sal.
- Los ingredientes deben quedar muy finos y homogéneos cuando los proceses en la batidora.
- Cuéla el batido en una bolsa para leches vegetales o algún trapo de tejido fino colocado dentro del colador. Guárdala en una botella de cristal en la nevera y consúmela en los siguientes dos o tres días.
- El excedente de avena puede servirte para hacer galletas, pasteles, y otras preparaciones.